Sí, aunque tengamos la mente más entrenada para la creatividad, también nos bloqueamos y tenemos nuestros momentos en que no sabemos qué hacer, cómo actuar, qué escribir.
Esto es algo que a todos nos pasa en algún momento determinado, y no, no es malo, es simplemente una parte más del proceso. Te tiene que venir la inspiración, tienes que sentirla, no es un trabajo mecánico.
En los trabajos creativos, a diferencia de los convencionales -por llamarlos de alguna forma- influye mucho nuestro estado de ánimo, nuestro entorno.
Tenemos que tener la cabeza despejada para poder acertar con un producto, proyecto, escrito… que satisfaga la necesidad de nuestros clientes y colaboradores.
Muchas veces la gente se piensa que somos robots, máquinas sin alma que somos capaces de conectar con la creatividad todo el rato, independientemente de la vida que tengamos.
En trabajos más manuales y menos creativos, como pueda ser dependienta, cajera o limpiadora, la cabeza afecta, sí, pero no te impide poder sacar tu trabajo adelante porque es algo automatizado en tu interior, lo haces sin pensar.
La presión, que muchas veces nos ponemos, puede llevarte a un periodo de sequía creativa donde lo único que se te ocurran son ideas contaminadas y poco -o nada- originales.
¿Por qué le cuesta tanto a la gente entender este concepto?
Es interesante ser consciente de que estás en un momento de bloqueo creativo, sin temores. Simplemente aceptarlo y tomarte un respiro para reconectar con tu creatividad, con tu esencia.
Otro detalle interesante es dejar claro a tus clientas que en un proceso creativo a veces se tarda más y otras menos, que te gusta ser clara y que te gusta sentirte conectada con tu trabajo.
Si hablas con claridad, en ningún momento te van a decir nada y vas a ver como parte de esa presión se evapora.
También pueden influir las energías del momento, que creas que es algo que solo te pasa a tí hasta que hablas con más gente del sector y te das cuenta del “llevo unos días que no me sale nada…”.
¿Qué hacer?
Pues no soy terapeuta para darte unas claves mágicas.
En mi caso lo que funciona es no ser duro conmigo mismo y aceptar el momento en el que estoy, trasladar a mis clientes que ahora mismo no consigo sacar la idea que tengo en la cabeza. Ser transparente.
Pasados unos días, donde he aprovechado para hacer trabajo más automatizado y menos creativo, vuelvo a conectar con esa vibración y se me vienen ideas geniales, otras no tanto, pero vuelvo a sentirme pleno y creativo.
Simplemente con eso, darme unos días sin forzar la máquina.
Ahora mismo me encuentro pleno, con ganas de hacer muchas cosas y con ideas que tengo que dar forma.
Pero puede que en un mes esté en el otro lado, bloqueado creativamente hablando.
No hay que olvidarse de que al final son ciclos.
En tu caso, ¿cómo conectas con la creatividad? ¿qué haces cuando estás bloqueada?
Comenta libremente.